No podía creer lo que estaba probando. Una grande de muzzarella llena a una familia tipo. Las porciones tienen 5 centímetros de alto, jamás había visto algo parecido. Los maestros pizzeros de la cocina saben el punto exacto de cocción, que te gratina el queso como ninguna otra, pero te deja probar la frescura de esa masa bien abundante que tan bien te saca el hambre.
El lugar tiene su historia: el mismo Diego Maradona no quiso perderse unas porcioncitas después su casamiento, y hacía bien...el lugar está ambientado para la familia, para el amigo, para el que disfruta la Buenos Aires mítica de los 50. Buena atención de los mozos en las mesas, aunque si querés que la pizza esté bien calentita, ubicate en la barra y deleitate con esas porciones de oro recién sacadas del horno.
9 puntos para las Cuartetas, por su producto pero también por su historia. Quiero ponerle el 10, pero la perfección la voy a ir buscando. Le tengo fé. Por ahora, mi preferida.
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